Promover
la interacción idónea consigo mismo, con los demás y con la naturaleza en los
contextos laboral y social
Tecnólogo
en Análisis y Desarrollo de Sistemas de Información.
LA
AUTODISCIPLINA SEGÚN ARISTÓTELES
De la Ética nicomaquea

La virtud es pues de dos clases, intelectual y moral. La virtud
intelectual nace y se desarrolla con la enseñanza, y en consecuencia necesita
experiencia y tiempo. Las virtudes
morales se desarrollan con el hábito. (…) no las poseemos por naturaleza, ni a
despecho de la naturaleza(…) adquirimos estas virtudes ejercitándolas, al igual
que ocurre con otras artes. Aprendemos a hacer las cosas al hacerlas: los
hombres aprenden el arte de construir, por ejemplo, construyendo, y a tocar el
arpa tocando el arpa. Asimismo, al realizar actos de justicia aprendemos a ser
justos, al practicar la autodisciplina aprendemos a ser autodisciplinados, y al
realizar actos de valentía aprendemos a ser valientes (…)
Nuestro modo de actuar en nuestras relaciones con los demás, nos
vuelve justos e injustos. Nuestro modo de enfrentar situaciones peligrosas, ya
sea acostumbrándonos a temer o a tener
aplomo, nos vuelve valerosos o cobardes. Lo propio ocurre con la lujuria y la
cólera; algunas personas adquieren autodisciplina y paciencia por medio de su
conducta en tales situaciones, mientras que otras se vuelven descontroladas y
apasionadas. En una palabra, pues, las actividades producen disposiciones
similares.
(…) en síntesis, los hábitos que formamos desde la infancia no son
cosa d poca monta, sino que todo depende de ellos.
La virtud moral es un punto medio entre dos vicios, uno de exceso
y otro de carencia, y (…) procura alcanzar la medianía tanto en los
sentimientos como en los actos. Por ende, es difícil, ser bueno, pues sin duda
es difícil hallar el justo medio en cada caso, así como es difícil hallar el
centro de un círculo. Es fácil encolerizarse o dilapidar el dinero, es algo que
cualquiera puede hacer. Pero actuar con propiedad hacia la persona apropiada,
en la proporción apropiada, en el momento apropiado, por la razón apropiada, y
de la manera apropiada, eso no es fácil, y no todos pueden hacerlo.
Por ende, quien busque el
justo medio, debe evitar ante todo aquel extremo que está mas alejado del medio
que el otro (…), pues uno de ambos extremos es siempre más errado que el otro.
Y como dar exactamente con el justo medio es dificultoso, uno debe optar por el
mal menor, pues escoger el menor de dos males, es lo mas seguro(…)
También debemos tener en cuenta los errores a los cuales nos
inclina nuestra propensión natural. Varían en cada individuo, y descubriremos
los nuestros por el placer o por el dolor que nos causan. Habiendo descubierto
nuestros errores, debemos obligarnos a seguir la dirección opuesta. Pues
llegaremos al justo medio, alejándonos de nuestros defectos, tal como si enderezáramos una madera curva. Pero en todos
los casos debemos precavernos contra lo que es placentero, y contra el placer
mismo, pues no somos sus jueces imparciales.
Esto, pues, es manifiesto: en todas nuestras conductas, la
medianía, es el estado mas loable.[2] Pero en la práctica,
debemos a veces apuntar hacia el exceso y a veces hacia la carencia, porque
éste será el modo más fácil de alcanzar la medianía, es decir, lo correcto.
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