*LA FALTA DE VALORES Y CULTURA*

Guía de Aprendizaje: GUÍA_01_PRINCIPIOS_Y_VALORES

Resultado (s) de Aprendizaje: RAP 01: Interactuar en los contextos Productivos y Sociales en función de los Principios y Valores Universales.
Actividad de Aprendizaje: 01_2: Reconocer la clasificación de los valores según su naturaleza, personal, moral socio-cultural


LA FALTA DE VALORES Y CULTURA
"Obra de tal manera que trates a los demás como a ti mismo, siempre como un fin y nunca como un medio" (I. Kant).
Las reglas elementales de respeto son muy simples: alabar lo bueno de los otros, suprimir los reproches, dar importancia a los demás y prestarles atención.
Ciertamente movernos en un mundo como el nuestro, donde impera la ley del más vivo y capaz para engañar y “darle por la nuca” a los otros, es difícil si no nos anima la fuerza del respeto, que permite ser considerados por los sentimientos y valores de los demás, con lo que se demuestra respeto hacia la dignidad humana y por ende respeto a sí mismo.
El respeto a sí mismo y a los demás constituye el cimiento para construir una autentica convivencia en paz a través de la cultura ciudadana en la que todo ser humano, sin ninguna discriminación, merece un trato cortes y amable, comprensión de sus limitaciones, reconocimiento de sus virtudes, aprobación a su derecho de ser autónomo, diferente y consideración a su dignidad.
Si no hay conciencia y no existe la cultura del hacer para estar mejor, siempre seremos hipócritas ante cualquier situación.
Lo más triste es que el mundo y especialmente nuestro país, se rige bajo las consecuencias de no cumplir, de no hacer las cosas bien, para servir a las personas lo cual se refleja en el bien colectivo. Teníamos una sociedad regida bajo principios, en la que cada uno aportaba sus valores para que entre todos, partiendo de lo personal se formaran sociedades más cívicas.
Hoy se nota que son muchos los que no cumplen con las normas, lo que está llevando al caos. De tal forma que el no tener valores o principios se ha convertido en algo normal.
En la casa somos unos y en la calle somos otros, obramos hipócritamente. Se requiere por tanto que cada uno desde lo personal, familiar y social se comprometa.
No basta con imponer en la sociedad normas que son necesarias, si no se ha hecho un trabajo personal con el individuo.
Nos estamos muriendo lentamente por la gran apatía que se vive frente a los problemas. Si queremos crecer y salir adelante es necesario mantener la cabeza en alto y no esconderla como la tortuga.
Necesitamos vencer el miedo al rechazo, a la burla por hacer las cosas bien, por pensar como nuestros abuelos que el día de hoy ven con tristeza como una sociedad que venía bastante bien se volvió vulnerable a pensamientos y actitudes negativas. Es difícil pero no imposible seguir luchando frente tanto caos.
Autor: Padre Jorge Eliecer García.


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